martes, 27 de octubre de 2009

Miedos que paralizan

A modo de teoría:
Para los que fuimos criados con mazamorra y leche sin descremar, el adagio que reza "las palabras se las lleva el viento... pero lo escrito, escrito queda" pesa tanto como la guillotina sobre la cabeza del condenado. Expresar íntimos pensamientos es un reto, dejar prueba de ellos, es aún más difícil, hacerlo de manera aún más pública, como es la Internet, es valentía, por no decir osadía. Si a eso se le añaden las implicaciones de una rúbrica de evaluación, es posible entender la parálisis que experimentan los aprendices del "e-learning 09". (nota a propósito de las inquietudes que Diego Leal plantea acerca del poder de la evaluación)
No ha sido este mi caso, es la verdad.

Por estos días he tenido la oportunidad de entender en "carne propia" lo que posiblemente experimentan nuestros estudiantes (hablo de la secundaria) cuando se acerca el final de año y tienen aún numerosos logros pendientes. Por diversos motivos me he ido atrasando en la publicación de mis reflexiones en torno al "e-learning 09" de modo que se han acumulado varias tareas (en mi comparación: logros pendientes) y, por momentos, siento que no se por donde empesar. En mi teoría de los miedos que paralizan percibo que en el caso de nuestros adolecentes, es una pésima estrategia permitirles acumular numerosos logros pendientes, pues, aunque tienen la oportunidad de "recuperar" a lo largo del año, desestimula una tarea que cada vez se hace más pesada. (nota a propósito de un correo amable en el que Diego Leal pregunta por el "silencio" en los últimos días).

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